En el campeonato de 1950 comenzó a manifestarse una mayor tendencia al juego defensivo. En igual cantidad de partidos, se convirtieron exactamente 200 goles menos que en 1937. Esta tendencia, más acentuada con el correr del tiempo, tendería a equiparar en gran medida las chances de los equipos débiles con los poderosos. Dos referencias muy demostrativas ocurridas en 1950 lo evidencian: Racing, que fue líder durante la mayor parte del certamen, ganó el campeonato holgadamente a pesar de haber perdido diez partidos, la mayor cantidad para un campeón. Y entre Boca Juniors (subcampeón) y Tigre (penúltimo), que descendió, hubo solamente diez puntos de diferencia. River Plate pagó la cifra récord de 750.000 pesos por el delantero uruguayo Walter Gómez, adquisición que el futbolista justificaría plenamente con una campaña excepcional, al punto de haberse convertido en el mejor jugador uruguayo que actuó en equipos argentinos. El nuevo retorno de Moreno para jugar en Boca Juniors fue poco afortunado, pues el futbolista estaba en pleno ocaso. En cambio, Boyé —que volvió al país también contratado por Racing— fue para el club de Avellaneda un elemento muy valioso. La inauguración del nuevo estadio de Racing fue uno de los acontecimientos de una temporada en la que disminuyeron la calidad de los equipos y el público, como que se vendieron 280.000 entradas menos que en 1949. Quilmes retornó en 1950 a la división superior y descendieron Tigre y Rosario Central.